Un viajero de fama mundial, el cual ha descubierto los sitios más increíbles y se ha encargado de mostrarlos al mundo.
Durante una de sus aventuras, recibe una invitación para regresar a Lilliput, el reino donde es considerado un héroe y quien venció a la invencible flota enemiga de la vecina Blefuscu. Entonces, se apresura a volver, esperando reunirse con sus amigos después de un año de no verlos.
El barco navega y llega al puerto Liliputiense. Gulliver corre por la ciudad a través de un puente gigante, donde encuentra… el silencio y las miradas de miles de residentes, incluyendo al Rey.
Pronto, Gulliver es considerado un impostor que intenta pasar por el grande y glorioso Gulliver. Todo el pueblo de Lilliput esperaba al gigante que barrió con las flotas enemigas con su mano izquierda, entre otras hazañas legendarias que resultarían imposibles para cientos de personas comunes y corrientes.
En el puente ya lo espera la armada de Blefuscu, más poderosa y despiadada que nunca, para la cual Lilliput no está preparada porque todo este tiempo han esperado al Poderoso Gigante que, con su presencia, resolverá todos los problemas del pueblo con su mano izquierda.
Pero ahora, lo que trajo el mar fue un fraude, con una altura menor al promedio liliputiense, diciendo que es Gulliver y que el Poderoso Gigante no existe.
La desilusión y la desesperanza caen sobre el Rey y la población de Lilliput. De la gloriosa entrada que esperaba Gulliver, solo puede esperar una mazmorra y una ejecución realizada por el propio Rey.
Toda una serie de eventos está por desarrollarse: se romperán los muros de la fortaleza, las narices de los guardias, la fe de las personas, el curso del tiempo y la determinación de las bellas damiselas liliputienses.
Todo se derrumba porque aparecerán espías leales, amigos traidores, un amor frágil, montañas de tesoros y migajas miserables de honor…
En esta marea de eventos, Gulliver seguirá su camino sin convertirse en el gigante que los habitantes de Lilliput han estado esperando, pero todos descubrirán que no es necesario serlo físicamente para lograr cosas enormes.
Compartir
Comentarios