El Muñeco Diabólico | Reseña

Chucky regresa, con un reinicio agridulce.

 

En la época de los remakes, llegamos a uno de los grandes clásicos del terror, que llega nuevamente a asustar a toda una nueva generación: Chucky, el Muñeco diabólico. Junto con Freddy Krueger y Jason Vorhees, vivieron una época dorada del los asesinos seriales de los 80s. Ahora, con la oportunidad en puerta, Chucky espera revitalizarse, pero, ¿exitosamente?

Primero que nada, si son, o fueron fans de la cinta original de 1988, esta nueva película ignora por completo acontecimientos anteriores y reinicia totalmente el concepto de Chucky.
En esta ocasión, Chucky es un muñeco, creado por una empresa de tecnología, que
Permite conectarse a la red y a cualquier aparato conectado entre sí.
Solo que, este muñeco en especial, tiene la característica de tener un defecto, que lo convierte en un arma mortal para su dueño, un Niño llamado Andy, su madre y todos sus amigos.

Para sorpresa de algunos, esta nueva versión cuenta con una dosis de humor, que no se encontraba en la película original, que, puede o no funcionar, dependiendo del humor del espectador. Otro dato, es qué hay un aumento en el gore o violencia, que es más gráfico y por supuesto, le da una clasificación para adultos.

 

La cinta en general, tiene un concepto muy interesante, contando una historia muy ad hoc, para los tiempos actuales. El diseño y personaje de Chucky, no se encuentra poseído por ningún asesino, pero, logra ser un personaje que divierte, aterra por momentos y aunque no lo crean, sentir cierta empatía.

Con un guion in poco predecible, y la extraña combinación de terror/comedia, el muñeco diabólico, puede ser no del gusto para la mayoría; puede rayar en lo chusco y desagradable, hasta lo entretenido (si se está de buen humor).

Definitivamente no es un buen remake, y de ninguna manera es buena cinta, pero, tiene elementos suficientes, para verla un día y diviertirse de la manera más absurda.

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