Winnie Pooh regresa en una emotiva cinta para toda la familia
Estos últimos años, Disney nos sigue entregando cintas Live Action de personajes animados, tales como Cenicienta, Maléfica, La Bella y la Bestia, y próximamente, El Rey León, Dumbo, etc.
En esta ocasión, Disney nos presenta con uno de los personajes literarios más entrañables; Winnie the Pooh, solo que en esta ocasión, no está basada en ningún material existente, si no que expande la clásica historia de Christopher Robin y su pequeño amigo.
La trama, nos lleva a un pequeño Christopher, anunciando su despedida a todos sus amigos del bosque de los 100 acres. Todo para irse a un interinato y por supuesto, es el momento de crecer. Al pasar de los años, siendo un adulto, con una familia y trabajo,. Christopher se siente perdido en la madurez, y es en ese momento cuando recibe una visita de su pasado, que lo ayudará a comprender más sobre la vida.
Lo que más sorprende de esta cinta, es que si bien, es una película aparentemente “para niños”, se disfraza como tal, ya que toca temas muy maduros, y parece, apelar más, no solo a la nostalgia, si no a los sentimientos de los mayores.
La película se presenta como una historia fantástica, no existe realmente una respuesta al por qué de los personajes hablan o por qué existe ese lugar al que viaja Christopher, pero, no por eso se debe cuestionar el realismo, es una cinta que habla más de los sentimientos. Y aunque por momentos, llegan los clichés por los que son conocidos Disney, es una película muy emotiva (si estás en humor).
En general, es una cinta bien realizada, los personajes generados por computadora si transmiten esa emoción de verlos en vida y la historia, logra lo suficiente para sentirse alegra al final de los créditos.
Una película recomendada para toda la familia.
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