Aladdin (USA, 2019)
El segundo live action de Disney en el año (Después del fracaso de “Dumbo”) y a falta de el tercero, que será El Rey León, los fans de las cintas animadas originales, se dividen entre, “¿para que rehacer las originales?” Y “Es bueno actualizar los clásicos”. En este caso, vamos a analizar uno de los grandes éxitos de los 90s, con Aladdin. ¿En verdad vale la pena?
Todos recordarán este clásico de “Las mil y unas noches”, Aladdin, el genio de la lámpara, Agrabah, etc. Lo especial no es solo la historia, si no una versión entrañable, de parte de la casa del ratón. Grandes escenas musicales, personajes y animación, dejo un legado importante para toda una generación. Ahora, con la tendencia de Disney en rehacer sus películas, en esta ocasión dirigida por Guy Ritchie ( SNATCH, Agentes de CIPOL) la película intenta dar un aire de frescura a la historia, pero conservando muchos de los elementos que los fans, esperan ver, en un ambiente más real.
En papel suena bien, pero, en gran medida, el guion de la película y la forma en que se cuenta, se siente como una historia más condensada y por momentos apresurada de la cinta animada.
En su mayoría no tiene nada de malo, pero, para los que conocemos bien la original, deja algo que desear.
Las actuaciones y los personajes es un punto a favor, ya que no solo imitan a sus contrapartes animados, si no que dan un plus. Caso a parte es la esperada interpretación de Will Smith como el genio, tratando de llenar los insuperables zapatos del gran Robin Williams. No lo hizo mal, pero se siente más como él mismo, solo con efectos especiales encima.
La película en general no ofrece algo mejor, que no hayamos visto en la anterior, pero, la dirección, la música y las interpretaciones, lo hacen suficientemente entretenida, por lo menos para ir en familia o pasar un rato en el cine.
Ni buena, ni mala. Una adaptación más, pero mejor que otras, como “Dumbo” o “La Bella y la Bestia”
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